U DE G- VIRTUAL

LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
EN SU MODALIDA DE UNIVERSIDAD VIRTUAL Y LOS ALUMNOS DE LA ASIGNATURA “PERIODISMO CULTURAL”
PRESENTAN
La gaceta virtual: Publicación semestral en donde podrás encontrar trabajos de los alumnos del equipo 2
Ahí podrás leer:
Ensayos
Entrevistas
Perfiles
Y capsulas informativas en relación a las manifestaciones culturales de México y el Mundo.
Productor Ejecutivo: Andrés Sánchez Rocha y escritor
Escritores: Liliana Hernández Castilla y Joaquín Peón Iñiguez

jueves, 3 de diciembre de 2009

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ensayo

ENSAYO.
Ensayo: La Cultura y su Influencia en la Personalidad del Individuo en el Pensamiento de Parsons
Ensayo: La Cultura y su Influencia en la Personalidad del Individuo dentro del Pensamiento de Talcott Parsons

Juan Pedro Catepillán Tecay
Fecha : 11 / 08 / 2003


Introducción

El presente ensayo intentará dar respuesta a la pregunta de ¿cómo actúa la cultura sobre la personalidad del individuo?. Esta pregunta nos obliga a intentar comprender desde el punto de vista sistémico, cómo la cultura, en cuanto es una configuración sistémica, representa el primer paso en la estructuración del sistema de acción general y en el mantenimiento de este, ya que dentro del pensamiento de Parsons la sociedad no sería en sentido estricto todas las personalidades posibles, sino que en realidad sería la conformación de todos los roles posibles.

El concepto de cultura nos permite afianzar la idea de que las sociedades para poder sobrevivir y constituirse como tales, necesitan de una orientación cultural común que a su vez necesita ser compartida los más ampliamente posible por los miembros de esta, de manera que puedan concebir una identidad societaria común, proporcionando de esta forma “un sistema de acción con un anclaje estructural muy estable1.

Los roles deben por lo tanto tener un punto de partida que permita su configuración (y el de la sociedad), por lo tanto la pertinencia de la pregunta en relación a la cultura y la personalidad, podría ayudarnos a entender cómo es que la sociedad se va configurando u organizando en base a las orientaciones, motivaciones y valores de los actores respecto de una situación.

El rol para Parsons necesita estructurarse en base justamente a las orientaciones valóricas y motivacionales que los actores dan a sus acciones. Por lo tanto es aquí en donde el siguiente ensayo comienza a tomar cuerpo, ya que los valores y patrones culturales se internalizarían primero en el sistema de la personalidad y luego de esto se institucionalizarían en el sistema social, lo que finalmente daría paso a la conformación de los roles.

Para nosotros esta lógica sistémica con la cual trabaja Parsons, nos indicaría que la cultura se manifestaría y por lo tanto operaría en los roles, los cuales estructuran finalmente el sistema social y el sistema general de la acción.

Por lo tanto para poder responder la pregunta que motiva el presente ensayo comenzaremos dando una mirada general al marco de referencia de la teoría de la acción, centrándonos además en los subsistemas de acción en los que se traducen o desembocan los cuatro imperativos funcionales que cualquier sistema de acción debe de poseer (AGIL), para luego poder entrar más en detalle respecto de lo que significa la cultura (en cuanto observaremos que es uno de los subsistemas de acción), dentro del pensamiento de Parsons y de cómo esta actúa en el proceso de conformación de la personalidad y de los roles que conforman el sistema social para poder así dar contestación a la pregunta que motiva el presente ensayo.


Marco de Referencia de la Teoría de la Acción

El Concepto de Acción

La exposición sistémica que realiza Parsons de su teoría de la acción social, nos lleva a observar que la sociedad vendría a ser un tipo especial de sistema social, esto porque se piensa bajo la lógica de que lo importante de la teoría es concebir el funcionamiento del sistema humano de acción, y por lo tanto si pensamos a la sociedad como un sistema social, se transformaría a su vez en uno de los subsistemas primarios de este gran sistema de acción general.

Para Parsons el objeto de estudio es el concepto de acción trabajado desde la lógica de un sistema, para así poder integrar a todas las partes que conforman la idea de sociedad, lo que deriva en una visión de corte funcionalista respecto de las partes que conforman el sistema de acción propiamente tal.
La acción para Parsons se entendería como un sistema de acción conformado por una pluralidad de acciones normativas o de orientaciones de la acción. Parsons señala que la acción “consiste en las estructuras y los procesos por medio de los cuales los seres humanos constituyen intenciones significativas y con mayor o menor éxito, las aplican en situaciones concretas2”.

La acción se analizaría sobre la base de cinco elementos:
a) Un actor;
b) Comportamiento orientado al logro de fines;
c) Ocurre en situaciones;
d) Está normativamente regulado3; y
e) Supone una motivación.

De esto se desprende que la acción supone un proceso mental activo y creativo de las acciones normativas o de las orientaciones del actor, el cual siempre es un sujeto, que conforman el sistema de acción que define a su vez al concepto mismo de acción.

Por lo tanto lo importante es la orientación hacia la acción por parte de este sujeto y como la acción supone una situación de interacción, en este caso el sujeto de denominaría ego y los objetos físicos u objetos culturales, entendidos como símbolos transmisibles, se denominarían alter.

Vemos entonces que el análisis de la acción, por las características de interacción que presenta, comprende la descripción del estado general del sistema de acción en cualquier momento y de sus cambios a lo largo del tiempo y “se aplica en principio a cualquier segmento de la esfera total de la acción y a cualquier proceso de acción de un organismo complejo4”.

Los Subsistemas de Acción

Hemos entendido hasta aquí que los sistemas sociales son parte constituyente del sistema general de la acción y que la acción se da dentro de un proceso de interacción en donde las motivaciones y orientaciones de la acción serían las claves para el análisis del sistema general de la acción.

Por lo tanto debemos ahora intentar entender los restantes subsistemas que conforman el sistema de acción para poder entrar de lleno a responder la pregunta que motiva este ensayo.

Los otros elementos constitutivos primarios del sistema de acción, o configuraciones sistémicas, y que son los lugares en donde se daría la acción serían los siguientes:

a) Los sistemas culturales;
b) Los sistemas de personalidad; y
c) El sistema de organismos conductuales5 .

En términos funcionales podemos señalar que “el sistema social vendría a ser el subsistema integrador de la acción en general. Los otros tres subsistemas constituirían ambientes principales en relación a el6. Esta diferenciación funcional entre los subsistemas se hace de acuerdo con las cuatro funciones primarias o imperativos funcionales que se adscriben a cualquier sistema de acción: Mantenimiento de patrones o pautas (L); Integración (I); Alcance de Metas(G) y Adaptación (A), las cuales a su vez se relacionan el Sistema Cultural (L), el Sistema Social o la Comunidad Societal (I), el Gobierno o la Política (G), y por último con la Economía (A)7.

El sistema de organismos conductuales se refiere a las consecuciones de los elementos primordiales para la subsistencia del sistema, como pueden ser el abrigo y el alimento. Además está la posibilidad de que con el avance tecnológico este sistema pueda controlar aspectos de la naturaleza que le permitan satisfacer las necesidades o deseos de los seres humanos8.

El sistema de la personalidad da cuenta de las necesidades o tendencias del sujeto y las motivaciones o energías que se colocan en la consecución de metas. Es en palabras de Parsons “el sistema organizado de orientación y motivación de la acción de un actor individual9”. Además Parsons agrega que “cumple la función de consecución de fines en cuanto conjunto de elementos (necesidades, disposiciones, objetos sociales-físicos, y pautas de valor internalizadas) por las que se definen los objetivos y se canaliza la energía motivacional hacia ellos10”. Designaría por lo tanto lo aprehendido por el individuo.

Por último los sistemas culturales implican un conjunto de valores compartidos por los actores. Es la organización de valores y normas, la que se da en función de los roles y de las expectativas de los roles. Este sistema estructura los compromisos que hemos señalado como necesarios a modo de orientaciones en común con el fin de entregar una identidad societaria y una estructura en común.

El rol para Parsons necesita estructurarse en base a las orientaciones valóricas que los actores dan a sus acciones y que se organizan precisamente en este subsistema.
Podemos señalar entonces que el sistema social se configura como un sistema de roles los que a su vez se basan en las orientaciones valóricas que tienen los actores sociales. Los valores y patrones culturales se internalizarían en el subsistema de la personalidad y se institucionalizarían en el sistema social, lo que da paso a la configuración de los roles que se manifestarán finalmente en todos los ámbitos del sistema social. Esto lo analizaremos a continuación.
CITAS:
http://jpcatepillan.blogcindario.com/2005/10/00003-ensayo-la-cultura-y-su-influencia-en-la-personalidad-del-individuo-en-el-pensamiento-de-parsons.htm

P E R F I L E S

Pedro Linare
Primero había que pasar bajo una enorme campana que pendía quién sabe de dónde, tan voluminosa que su sombra cubría desde el mercado de Sonora hasta el zócalo (en el D.F.: una distancia de tal vez 2 kilómetros), en compañía de otros desventurados que también avanzaban sin mirar a izquierda o derecha sudando frío, esperando que en cualquier momento la enorme mole de bronce empezara a sonar y el monstruoso tañido los desbaratara.
Esto último fue lo que hizo el cartonero capitalino Pedro Linares López, entonces de 23 años de edad y ya famoso en el rumbo de la Merced. Gracias a ello pudo llegar con vida al otro lado del precipicio, donde empezaba el llano de los alebrijes.
Linares no conocía a estas criaturas de formas satánicas y carne como de hule transparente, que brincaban bajo la niebla aposentada sobre el valle; pero aun antes de verlas las bautizó "alebrijes" porque así, "¡alebrijeeeee...!", sonaba el grito que los extraños seres lanzaban a coro, como lobos mirando a la luna.
El cartonero de la Merced logró escabullirse por entre los tentáculos de los alebrijes gracias a las 2 muchachas vestidas de blanco que recorrían el paraje tomadas de la mano, como impulsadas por la brisa, sus pequeños pies desnudos acariciando apenas la capa de niebla acumulada sobre el terreno;
Sin mirar atrás, el cartonero descendió a tropezones una pronunciada pendiente, entró a su casa, se tendió en la cama y cayó en un sueño tan profundo como catalepsia. El hombre no sabe cuánto tiempo permaneció así; un día se levantó, semiciego, tan débil que no podía hacer otra cosa que pasarse las horas sentado al sol, a la puerta de su casa. Parecía un anciano y su cuerpo olía a ceniza.
Si el cartonero se salvó en aquella ocasión y hasta recuperó la juventud (era el año de 1930) fue gracias a uno de esos fotógrafos que iban de casa en casa ofreciéndose para amplificar y colorear fotos de parientes fallecidos.
Hijo de un zapatero del estado de México que en sus ratos de ocio fabricaba caballitos, máscaras y piñatas de cartón, Linares aprendió el oficio de cartonero en la infancia y tal vez el crecer rodeado de judas y diablos a medio hacer fue lo que lo preparó para las fabulosas experiencias que afirma haber vivido en 1930, cuando ya estaba a punto de casarse y fundar su propia familia, formada ahora por sus 3 hijos, una veintena de antiguos aprendices y decenas de nietos que hoy el patriarca ya tiene 78 años de edad integran la principal dinastía de cartoneros de México y producen sobre todo una gran variedad de espeluznantes alebrijes.
Ya casado y padre de familia Linares aumentó su fama cuando empezó a fabricar, como adorno para grandes fiestas, unas enormes esferas o estrellas de carrizo y cartón que a cierta hora estallaban y dejaban volar multitud de globos que a su vez derramaban kilos de confeti sobre la concurrencia. Pero lo que al cabo lo colocó en un plano único fue su serie de alebrijes unos monstruos de cartón inspirados en las visiones que Linares asegura haber tenido durante su excursión al Más Allá que hoy figuran en los principales museos de artesanías y colecciones particulares, y que según su tamaño u el horror que sean capaces de inspirar se cotizan entre 25,000 y 50,000 pesos cada uno.
Cada alebrije le toma a Linares 2 semanas de trabajo y consume una buena cantidad de papel, cartón y engrudo. De un periódico arrugado y hecho bolas, va formando la cabeza, después el cuello, que pude ser corto o tan largo y delgado que para sostenerse requiere de un alambre. En seguida plasma el cuerpo, de múltiples formas, como las que adquiría en segundos cada uno de los monstruos de su sueño.
Una vez formado el cuerpo del alebrije, Linares recorta cartón grueso para hacer las aletas, orejas, cuernos, uñas y dientes. Por último, utilizando pinturas de agua, Linares decora con delirantes colores el cuerpo, pintándole escamas, ojos, todos los detalles que hacen de sus alebrijes codiciadas obras de arte. El paso final es dar una capa de barniz para que el monstruito conserve sus colores.
En la actualidad Linares ya casi no trabaja y sus alebrijes tienden a estandarizarse. Es que pronto me iré a vivir con ellos dice el anciano ya no quiero ofenderlos.

RESEÑA

Sobre héroes y tumbas
Otras anarquías posibles
Joaquín Peón Iñiguez

El gran argumento de los anarquistas es la autonomía del individuo. También creen en la asociación voluntaria, las leyes policéntricas y, por supuesto, la resistencia a las fuerzas coactivas. De todas las posibilidades dispersas en el espectro político, el anarquismo destella por ser la que ofrece mayor libertad.

Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sabato, a diferencia de lo que hicieron algunos de sus contemporáneos, no romantiza la realidad latinoamericana, su estilo no persigue la utopía, comunismo estético, sino una organización anarquista de una realidad apocalíptica. La novela, tal como el Informe sobre ciegos, uno de los cuatro apartados que la compone, metáfora radioactiva y mutante, parece escrita por un paranoico. La literatura demanda riesgos (ojo, no lo estoy confundiendo con experimentación) y Sabato corre muchos para lograr un testimonio del infierno y la angustia, lo que es decir, la esperanza.

La novela cuenta la historia de Martin, joven enamorado de Alejandra, una mujer fatal, perteneciente a una vieja familia burguesa de Buenos Aires que ha ido decayendo, en parte por la historia, en parte por los genes de locura. El romance sirve como pretexto para explorar no sólo las grandes emociones humanas, sino el tango, el carácter de los argentinos, el gobierno peronista, sus grandes batallas históricas, Borges, la invasión inglesa, el movimiento anarquista, la herencia italiana, etc, etc, etc. Entre tanto se desarrolla la obsesión de Fernando, padre de Alejandra, por los ciegos y su macabra conspiración. Se trata pues, de una novela totalizadora en el estricto sentido de la palabra.

LA CAPSULA

CAPSULA INFORMATIVA.
¿Sabias que?
Chido (en ocasiones chilo) es un término mexicano, incluido en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, utilizado como adjetivo para calificar algo como bonito, lindo o agradable (“Qué chido vestido traes”). Coloquialmente, tiene otros significados, en particular fino, de buena calidad (“tu reloj es de los chidos”). Referido a una persona significa amistoso, amable, amigable (“Juan es bien chido”). También se usa para decir "estoy de acuerdo", para afirmar (“¿Vamos a cenar tacos?” “Chido”).
Como otras expresiones del caló juvenil de los años setenta, los mexicanismos “güey”, “neta”, “chido”, fueron símbolos inequívocos de la cultura popular urbana, pero en la actualidad son utilizados más ampliamente, e incluso por la publicidad cuando pretende imitar el habla popular. Una variación arcáica del término es: "chiro liro".
Posible origen de la palabra
"Chido" proviene de "chiro". Algunos han afirmado que este último vocablo surge a su vez de una palabra de origen gitano que significa "resplandeciente" y que solamente después fue retomada por el caló juvenil y arrabalero de la Ciudad de México, en particular en Tepito, pero esto no ha sido comprobado. "Chiró", en gitano, significa "época", "tiempo", "vez".
Otra teoría que comparte el origen de la palabra chido como proveniente de chiro, indica que chiro es una derivante nacida en el juego de canicas, donde un tiro espectacular aclama: ¡Chiras pelas! en la jerga del juego.
En Costa Rica, existe la palabra "chirote", que significa dos cosas: que algo está muy bueno o que alguien es muy inquieto. Dicha palabra se emplea cada vez menos, pero podría tener el mismo origen etimológico que "chido".
Ser naco es chido
En 1986, el grupo de rock mexicano Botellita de Jerez lanza su segundo disco, titulado “Naco es chido”. Esta frase se ha

Reseña cultural

Reseña cultural
viernes 16 de octubre de 2009.
PUBLICADO POR MARIA A LAS 16:30.

Libros de viajes

Herodoto (484 - 425 a. C.)
Los escritores no han sido los únicos fascinados por el tema de los viajes; gran parte del atractivo y la vitalidad de la que gozan las obras del historiador griego Herodoto, desde el siglo V a.C., reside en sus descripciones de primera mano de las observaciones realizadas durante sus viajes por Asia Menor, el norte de África y la región del mar Negro.

Marco Polo (15 de septiembre de 1254 – 8 de enero de 1324)
Las obras del viajero y escritor italiano Marco Polo permitieron que los europeos conocieran la primera descripción fidedigna del modo de vida en el Lejano Oriente. A través de sus intensas descripciones, la Europa medieval tuvo su primer contacto con la realidad de China, además de las primeras noticias sobre otros países como Siam (Tailandia), Japón, Java, Cochinchina (en la actualidad una parte de Vietnam), Ceilán (en la actualidad Sri Lanka), Tibet, India y Birmania.

La obra que más ha contribuido a configurar el libro de viajes moderno y que ha generado el mayor número de imitadores ha sido la obra conocida como "El libro de las maravillas del mundo" de Marco Polo una de las obras más difundidas durante la Edad Media y uno de los libros de viajes más famoso de todos los tiempos.

martes, 1 de diciembre de 2009

LOS ORIGENES DEL NACIONALISMO MEXICANO

Reseña.
ANDRES SANCHEZ ROCHA.
David A. Brading, Los orígenes del nacionalismo mexicano, Secretaria de Educación Publica, 1973,224 Pág. (SepSetentas, 82)
Desde las primeras páginas del estudio de Brading encontramos un intento de significación del concepto de nacionalismo, el cual es utilizado como marco conceptual en el desarrollo de la obra. Sin embargo, el puposito de la misma no es obviamente el de desentrañar el sentido del concepto, sino el de proceder a una investigación que permita sentar las condiciones de posibilidad históricas y sociales que ocasionaron el surgimiento, en un ámbito determinado, de un fenómeno calificado de nacionalismo.
El historiador de origen ingles en su obra se concentra exclusivamente en el análisis de los aspectos social e ideológico, debido a que el conflicto entre diversas capas o estratos sociales será el fundamento explicativo del origen y desarrollo del nacionalismo en México.
Su libro consta de tres grandes capítulos titulados “Patriotismo criollo”, Fray Servando Teresa de Mier” y “Nacionalismo criollo”.
Brading nos presenta el origen del nacionalismo mexicano como consecuencia del sentimiento antiespañol de la clase criolla que tuvo su origen en el hecho de encontrarse siempre relegada, como clase social, de los puestos públicos por los peninsulares, sentimiento que cobro fuerza gracias a la revivificación del pasado indígena y a la exaltación de ciertos elementos de la religión, concretamente el guadalupanismo, que hacen algunos ideólogos de entre los cuales Mier y Bustamante son considerados por el autor como los mas importantes.
El libro trata del estancamiento que sufrió el nacionalismo, debido a los pasados indígena y colonial,
Por ultimo diremos que el estudio monográfico Los orígenes del nacionalismo mexicano nos parece lectura indispensable para todo aquel que se interesa por el conocimiento de los problemas de la historia y en particular por el estudio de la colonia y el siglo XIX, porque aun cuando se trata de un libro pequeño su contenido es amplio y sustancioso y nos ayudan al esclarecimiento de los temas mencionados.